Autor/a extranjero/a · Ensayo

50 consejos para ser escritor, de Colum McCann

50 consejos para ser escritor (Seix Barral, 2018), de Colum McCann y traducido por Héctor Castells Albareda.

No existe mayor agonía que llevar dentro una historia no contada.

Zora Neale Hurston

50 consejos para ser escritor (Seix Barral, 2018), de Colum McCann y traducido por Héctor Castells Albareda, es un libro cuya compra me gustaría aclarar antes de nada. No me gustan (porque no me los creo) los libros que prometen ayudarte a convertirte en lo que sea (en este caso en escritor) con diez píldoras mágicas que al final resultan ser: quiérete más a ti mismo, persigue tus sueños, entrena tu mente, vive la vida intensamente y otras frases fétidas con tufillo a Mr. Wonderful.

Aun así, hay libros que me gusta tener conmigo y que quiero tener para echar mano de ellos en un momento determinado de ansiedad y/o bloqueo literario. Este es un blog de reseñas literarias y no sobre mi vida, pero sí, uno también tiene sus inquietudes y sus ilusiones, y una de las mías es llegar a publicar algún día. Tengo cosas terminadas y páginas enteras con ideas que yo considero originales para escribirlas.

Por eso leo con desconfianza este tipo de libros, aunque ya digo que me gusta tenerlos y fijarme en ellos. En este libro, por tanto, como puede deducirse fácilmente, McCann da 50 recomendaciones para que un escritor en ciernes, al menos, publique, y con que consiga eso ya tiene bastante en los tiempos que corren.

«La primera frase debería abrir la caja torácica en canal», dice el autor del libro. Y tiene razón. Cuando abres un libro por primera vez, su primera frase debería enamorarte, maravillarte, para abrazarlo entre tus brazos y decirle al oído que estáis hechos el uno para el otro. Yo antes, lo reconozco, no me fijaba en las primeras frases de los libros que compraba, y cada vez lo hago más. A mí lo que me atrae de un libro es su portada. Tras haber sido atraído, pasamos a la fase en que debe atraerme también el título (el nombre de su autor o autora puede sonarme o no, eso es secundario). Después, pasaremos a valorar la sinopsis. Y si también me atrae, queda dentro de mi infinita lista de libros que quiero comprarme. Las primeras frases de los libros no entran dentro de este proceso.

McCann da multitud de consejos, pero sobre todo anima a todo aquel que tenga una historia que hierve en su interior a que la exprese (iba a decir a que la vomite, pero suena demasiado agresivo) sobre el papel con mesura, con suavidad, acariciándole el lomo como a una mascota. El autor pide que no solo escribamos en la historia de nuestro libro sobre aquello que sabemos, sino que escribamos sobre aquello que sepamos saber, aunque luego rectifica y da marcha atrás, aunque sigue animando a lanzarse al abismo para que nos crezcan las alas mientras caemos, dice citando a Kurt Vonnegut.

Este libro, como tantos otros que he leído sobre cómo convertirse en escritor y títulos similares, no me ha ayudado prácticamente en nada. Me ha dado los ánimos que yo ya tenía y me ha dado consejos que yo ya conocía. Yo ya sé que las cosas deben hacer así o asao. No quiero que me repitan constantemente que eso es así. Lo que quiero es que me enseñen a hacerlo así, por favor. Por eso, estoy esperando a tener más dinero y más tiempo para dar el siguiente paso y apuntarme a un curso de escritura creativa que, preveo, tampoco me ayudará mucho. Porque todo lo que tengo que aprender sobre la escritura lo tengo que aprender por mí mismo, escribiendo, escribiendo y escribiendo.

Así que, sinceramente, a no ser que te vaya la vida en ello, no compres libros como este. Si quieres un libro que te ayude a lanzarte como escritor, lee La página escrita, de Jordi Sierra i Fabra, un libro a mi parecer del estilo de este, pero mucho mejor, original y alejado de los consejos convencionales. Haz lo que yo digo y no lo que yo haga, como dice el famoso dicho. Te ahorras 18 euros en un libro como este y los consejos y las palmaditas en la espalda te las puede dar cualquiera que te aprecie un mínimo. Lo que sí he sacado en claro es que hay que buscarse un agente literario y un editor que sean como dioses personificados en humanos, porque ellos sí que nos echarán un cable a la hora de sacar a la luz nuestra historia.

Adelante, escribe conmigo, escribe contra todo. Estos son mis principios, y si no le gustan, lo siento querido Groucho Marx, pero a diferencia de usted no tengo otros.

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