Me debes dinero (Arrebato Libros, 2020), de Grey Trash.

*Incluye la entrevista que le hicimos para Nostromo Magazine.

Mañana no será igual, pero será parecido. Me debes dinero (Arrebato Libros, 2019) no es igual a nada, ni siquiera parecido. Su autor, Eduardo Naudín aka Grey Trash, participa en el programa Genplayz de RTVE y ha colaborado en medios como Yorokobu y El Español. Este es su primer libro, en el que aglutina un conjunto de anécdotas y reflexiones que mezclan el humor, lo absurdo, la contemporaneidad y la nostalgia del pasado.

Me debes dinero se presenta como la basura hecha arte. Un batiburrillo de textos e ilustraciones donde se mezclan realidad y mentira y que retratan la sociedad actual. Con un diseño moderno, esta obra se convierte en un objeto asimétrico e hipnotizante. En él están las reflexiones de un joven y aparecen temas como los robots, el robot-racismo y el Tuenti. En definitiva, el retrato veraz de una generación en un libro que es todo arte y extravagancia.

En Nostromo Magazine hemos hablado con Grey Trash sobre su libro, y este ha sido el resultado:

En primer lugar, bajo qué contexto surge la idea de sacar este libro ilustrado.

Me atraía la idea de desplazar al mundo físico la correspondencia que he ido manteniendo con la gente durante los dos últimos años. Dentro de poco me daré de baja de Instagram (o él se dará de mí), así que supongo que este es el mejor modo de preservar todas esas ideas… Y de que se las pueda leer a mis nietos en el 2060 para que sepan la clase de calaña que era el yayo Grey. 

¿Qué es lo que más te llena, a nivel personal, de este trabajo?

Que la gente se sienta identificada con las cosas que digo ahí, que algunas les revuelvan por dentro y otras les hagan sonreír… Sentir que tengo capacidad de emocionar a peña random.

Estás dejando atrás el vaporwave que te caracterizaba, ¿no?

Sí, el vaporwave pasó, pero para muchos fue la ventana —la Windows 95— a un universo estético-musical que en el fondo no deja de expandirse… O al menos así es como yo lo siento. El vaporwave tiene mucho de espíritu de época. 

¿Hacer la cama está sobrevalorado?

Deshacerla está infravalorado.

¿Qué crees que pensaría Vicente del Bosque si viera las ilustraciones de tu libro?

Seguro que pensaría: «Dios Santo, pero qué es todo esto». Belén Cabello hizo un gran trabajo con los collages. El libro se iba a llamar «Vicente Del Bosque ha muerto», pero mi editor me dijo que tal vez ese título era «poco comercial», especialmente si queríamos aparecer en algún medio. Me imagino a su mujer caminando por la Casa del Libro, pillando el libro de un estante y diciendo: «Vicente, cariño, quién coño es Grey Trash y por qué ha publicado un libro en el que dice que has muerto».

¿Crees que Tuenti era mejor que Instagram?

No sé si mejor, pero al menos era todo más honesto.  

Por los textos y las imágenes que hay en el libro, ¿buscas dirigirte a una audiencia específica como la generación Z?

La verdad es que debería, pero no pienso mucho en la audiencia. De hecho, algunas de las referencias que manejo habitualmente (tipo Jesús Gil, Tuenti o El Gato al Agua) a la gente de la generación Z le quedan bastante lejos. Pero es verdad que algo que nace dentro de una cultura nativa de Instagram tiene más posibilidades de conectar con la sensibilidad de los millennials o zetas que con las amigas de mi tía Mari.

¿Trabajar dignifica?

Trabajar cansa. Y hay a quien le permite sentirse realizado. No sé si es mi caso, pero la dignidad yo la asocio a algo más profundo: no dejarse humillar por los que tienes por encima, ni humillar a los que están por debajo. 

¿De dónde sacas la inspiración para todos esos apuntes y textos disparatados?

No sé. Me interesa el lado salvaje de las cosas, extraer comicidad del surrealismo, el absurdo… Intentar sacar a flote ideas alojadas en el subconsciente. Eso es algo que practico tanto en los vídeos como en los textos.

Por último, qué harás con el dinero que saques del libro.

Me voy a comprar un yate.

Las comparaciones son odiosas o… si te gustó este te gustará aquel (siempre salvando las distancias): Este libro es una locura. Si el sustantivo «despropósito» tuviera un significado positivo, este libro lo sería. Porque es un despropósito, pero para bien. Es original, tiene ilustraciones muy, muy guapas, y unos textos con los pueden identificarse todos los pertenecientes a la generación Z. No he leído nunca nada parecido. Es breve, directo y punzante. No te deja indiferente. Es divertido y absurdo. Y, sobre todo, muy contemporáneo.


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