Aquitania (Planeta, 2020), de Eva García Sáenz de Urturi.
«Solo sé subir» es el lema de la familia real aquitana que protagoniza esta novela y que también tiene el trisquel como símbolo. Aquitania (Planeta, 2020) comienza en Burdeos en el año 1137 y termina en París en 1149. Entre estos años y a través de capítulos breves conocemos a Eleanor de Aquitania, hija del rey, que acaba de aparecer muerto. Eleanor sospecha que ha sido asesinado, así que decide vengarse casándose con el hijo del que cree su asesino. Sin embargo, la vida le tiene preparados otros derroteros que complican su camino.
Eva García Sáenz de Urturi (Vitoria, 1972) ha escrito una novela histórica que ha ganado el Premio Planeta 2020. En ella, la autora de la célebre saga de La Ciudad Blanca aglutina venganzas y misterios de una Europa en ciernes. Este thriller está compuesto por cuatro partes y una bibliografía. En la primera de ellas, Eleanor relata la historia de su familia en el siglo XII y presenta a personajes que son determinantes en la novela.
La protagonista posee una fortaleza y una independencia firmes. Su madre y su hermano murieron cuando ella era una niña. Ahora, la marcha de su padre la convierte en la líder principal de su territorio, así que hace gala de su aguda observación y de su capacidad de decisión para potenciar su empoderamiento.
La narración se la reparten entre varios personajes —la propia Eleanor, su marido Luy, Rai y un niño cuya identidad se desvela más tarde— y la investigación de Eleanor en torno a la muerte de su padre no está exenta de otros temas como el poder, el amor, las conspiraciones, las venganzas y las herencias. Además, debe enfrentarse al desgaste y al peligro de perder el trono ante la avaricia y el oportunismo de sus enemigos.
Eleanor coge las riendas de una situación política difícil para desarrollar sus investigaciones mientras otros personajes intentan impedirle que avance en ellas. Aquitania es una región de Francia cuyo nombre significa «el país entre agua», tal y como se dice en la historia, así que debe aprender a navegar a contracorriente para conseguir aquello que desea. La sabiduría de su linaje le sirve, además, para conseguir descubrir la causa de la muerte de su padre e intentar vengarla.
Aquitania mezcla la magia y los poderes de sanación con la obsesión de adquirir territorios y tronos, lo que la convierte en una novela llena de acción. La cristiandad y el paganismo tienen una fuerte presencia en una historia donde las Cruzadas son uno de los episodios más importantes para el futuro de Eleanor y el desenlace de la novela. Además, la frialdad de la corte del reino y la religión se anteponen a la maternidad. Lo que Dios reclama, por tanto, destaca. Asimismo, el poder del dinero y su buena administración en favor de los intereses personales juegan un papel importante en una novela llena de tensión hasta el éxtasis.
La autora sitúa a los personajes en un tablero de ajedrez donde cada cual utiliza con cuidado sus movimientos. Además, estos dialogan con un registro verosímil propio de la época y construyen un mundo de intrigas familiares. El futuro de la realeza, los herederos y los vasallos se mezclan en una comunión que se avecina compleja. Sáenz de Urturi utiliza un amplio abanico de personajes difíciles de manejar de forma equilibrada. Sin embargo, lo hace sin dejar cabos sueltos y consigue despertar en el lector un sentimiento de impotencia por la maldad y la humillación a la que algunos personajes se ven sometidos. La autora abre aquí muchas líneas diferentes que permitirían analizar en profundidad a los personajes, su psicología y su capacidad de decisión, así como los hechos históricos de manera pormenorizada.
En Aquitania todo se rompe. ¿Qué reclamo es suficiente para alejar a alguien de aquello con lo que desea permanecer? Una de las bases con más fuerza en la novela es el talante hercúleo de Eleanor, que nunca da su brazo a torcer pese a que durante toda la novela ha de atravesar numerosos obstáculos. Ella representa a la mujer como elemento de fuerza y eje de los reinos en un momento en el que los hombres hacen y deshacen a su antojo.
A Eleanor no le queda otra opción que aguantar la vida y el devenir de esta con estoicismo. Las batallas interiores y los enemigos externos nunca desaparecen, los planes no salen como pensaba y se produce la debacle de todo aquello que, precisamente, quería proteger. Por eso, Eleanor sabe que hoy es siempre el penúltimo día de la guerra.
Las comparaciones son odiosas o… si te gustó este te gustará aquel (siempre salvando las distancias): Quiero decir antes de compararla que Aquitania me ha hecho sentir mucha rabia. Hay un personaje sensiblemente diabólico que provoca que todo le salga mal a Eleanor de Aquitania. Y cuando digo «mal» me refiero a que las personas más cercanas a ellas mueran sin que nada se lo impida. Sinceramente, he sufrido con esa parte, porque no estoy acostumbrado a leer tanta maldad y tanta humillación. Tenía que decirlo. Y no digo más para no hacer spoilers, aunque desearía desahogarme.
Sea como fuere, Aquitania me ha recordado un poco a Ocaso y aurora, de Matilde Cherner. Ambas son novelas históricas, aunque separadas en el tiempo por siete siglos. Sin embargo, ambas novelas comienzan con la muerte de un rey (el de Aquitania y el de España respectivamente). Más allá de eso tienen pocas similitudes, además de consabidos tópicos como que, al final, personajes aparentemente alejados y desconocidos entre sí resulten ser familia, por ejemplo.