Autor/a extranjero/a · Narrativa

El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez

El coronel no tiene quien le escriba (Espasa-Calpe, 1987), de Gabriel García Márquez.

-Dime, qué comemos.

El coronel necesitó setenta y cinco años —los setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto— para llegar a ese instante. Se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder:

-Mierda.

El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez

El coronel no tiene quien le escriba (Espasa-Calpe, 1987), de Gabriel García Márquez, es un libro que, yo no lo sabía, es la continuación de un personaje de la celebérrima Cien años de soledad, puesto que el coronel que protagoniza esta novela y que aparece citado en el título de la misma fue un militar que estuvo a las órdenes de Aureliano Buendía, famoso protagonista de la susodicha novela de Gabo, probablemente su obra magna.

Después de haber leído varios libros de este autor, he de decir que mi libro favorito de él sigue siendo Crónica de una muerte anunciada, seguido por La hojarasca y ahora por este, que no brilla tanto como los otros dos, pero que también conserva un halo de realismo mágico que envuelve al lector y lo absorbe.

Joaquín Marco hace una introducción amena y muy interesante sobre el contexto de la novela, sobre el vagabundeo de Gabriel García Márquez por París que, al igual que el protagonista de esta novela, también esperaba cartas que le trajeran dinero para subsanar su situación económica en la capital gala. Considerado por críticos como «narrativa de violencia colombiana», esta novela es una oda a la esperanza cuyo estandarte es la soledad del protagonista.

Tras la muerte de su hijo, el coronel y su esposa se encuentran física y anímicamente destrozados y en la más absoluta miseria, esperando un dinero que nunca llega y que hace que tengan que vender todo lo que tienen, excepto un cuadro, un reloj y un gallo, además de a ellos mismos. La miseria es tal que la esposa del coronel tiene que hervir piedras en una olla para que los vecinos vean humo y crean que comen bien, mientras que la realidad es otra muy distinta porque no tienen ni para eso.

La figura del gallo es recurrente en la novela y por eso alguna edición de esta novela lo saca en portada, y esto hace que me acuerde del relato de Juan Rulfo El gallo de oro, que me deslumbró por su capacidad de atracción y su belleza inalcanzable. El gallo aparece como símbolo de la libertad latinoamericana de los años 50.

Otro hecho que rodea la trama de la novela es un fallecimiento en el pueblo. Y es un acontecimiento, dice el propio coronel, porque es el primer fallecido por muerte natural en mucho tiempo —se deja vislumbrar la nula libertad política, la represión y los asesinatos que campan por las calles de una sociedad desolada y desabastecida absolutamente de todo lo material e inmaterial—.

Con una brevedad que embiste, me llama la atención de esta edición —y no podía pasarlo por alto— que tan solo haya encontrado una errata. Por lo demás, un estilo limpio, claro, poético, aunque no es la mejor muestra de realismo mágico y fantástico de Gabo. Es más bien un retrato veraz, sin dejar de lado su carácter ficticio, de una vida en la que las apariciones de muertos se suceden, pero sin el esplendor y la naturalidad con que sucedía en otras novelas con más carga mágica.

Desgana, miseria, desesperanza, resignación y multitud de diálogos anegan las páginas de esta novela en las que el coronel se refugia para olvidar que la dignidad no se come y que la miseria sí puede comérselos a ellos, aunque se vean obligados a comer mierda, tal y como dice él en la escena final, en un momento que he querido reflejar en la cabecera de esta reseña.

Una novela desgarradora, porque Gabo solo sabe escribir grandes historias. Y aunque esta obra no sea un peso pesado del realismo mágico, también merece un hueco. Aunque solo sea por vengar la memoria del coronel y de su esposa, que parece estar soslayada, pero que también merece un monumento en su honor, por no hablar del gallo y todo lo que simboliza. Muy recomendable siempre Gabo, y esta novela también con él.

2 respuestas a “El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez

  1. Me gustó mucho tu reseña. Lo leí hace poco después de haber leído hace años sus libros más conocidos. Es notable su estilo crudo y realista, pero carece de esa dimensión de fantasía que crea magistralmente en otras obras.
    Una observación cronológica: fue escrito muchos años antes que Cien años de soledad y en ese sentido es un predecesor. Probablemente sirvió de inspiración al mundo fantástico de Cien años.

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