Ayer, 24 de mayo de 2018, se falló el Premio Princesa de Asturias de las Letras. La escritora francesa Fred Vargas (seudónimo de Frédérique Audoin-Rouzeau) resultó ser la ganadora del premio en la edición de este año.
El jurado estaba formado por escritores de renombre como Darío Villanueva (director de la Real Academia Española), Leonardo Padura (que lo ganó en 2016), Sergio Vila-Sanjuán, Luis Alberto de Cuenca, Antonio Lucas, Ángeles Mora, Carme Riera, Juan Villoro y Laura Revuelta, entre otros. Decidieron otorgarle el premio a Fred Vargas, autora que conozco bien poco, pero algo, pues tengo un libro suyo: Tiempos de hielo (Siruela, 2015), porque me atrapó la sinopsis, pero lo abandoné en la estantería y no llegué a leerlo. Sí es verdad que, en los últimos meses, he estado leyendo bastantes críticas favorables sobre ella y su obra, que también ha halagado el jurado del premio que ganó ayer.
Recoge Fred Vargas el testigo de Adam Zagajewski, el ganador del año pasado y escritor de obras como Releer a Rilke (Acantilado, 2017), que reseñé en este blog hace poco. Este premio es considerado como uno de los más importantes galardones literarios a nivel internacional, y más si cabe este año que no se va a celebrar el Premio Nobel de Literatura. Es un premio, al igual que el Man Booker Prize, vestido de luto por el reciente fallecimiento de Philip Roth (que ganó el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2012, por cierto). Y también parece tener una carga feminista, pues, tanto en el Man Booker Prize como en el Premio Princesa de Asturias de las Letras tuvieron ganadores masculinos el año pasado y, en este, han ganados dos mujeres. No ganaba una mujer este premio desde que la aclamada Margaret Atwood lo hiciera en 2008. Así que ya era hora.
Ahora toca a esperar a la entrega del premio en un tiempo, y también al ganador o ganadora del premio en la edición del año que viene. ¡Enhorabuena a Fred Vargas y larga vida a la literatura de suspense!