Parece que fue ayer cuando me comía las doce aceitunas (yo no como uvas, voy a contracorriente) para celebrar la llegada del año 2017. Tuve una corazonada y pensé (quise creer) que el 2017 sería un año espléndido, mejor que 2016, que ya había sido fabuloso. No ha sido un año malo, ni mucho menos, pero 2016 sigue siendo mejor, creo, en muchos sentidos.
En lecturas, desde luego, 2017 gana por diferencia, porque este año he superado mi récord de libros leídos en un año que tenía en 2015 y he llegado a los 60 libros leídos en un año (además de 4 que comencé y se me atragantaron). Más de un libro a la semana. Increíble. Me he topado con libros que he tenido que dejar por su dificultad, complejidad o porque no se ajustaban a lo que me esperaba de ellos. Me he leído libros que no me han impactado demasiado, y luego me he encontrado con libros maravillosos (los que menos).
A día de hoy, he creado una lista con los cinco libros que más me han gustado e impactado en mi vida. Hay muchos clásicos que he de leerme: clásicos latinos y griegos (me encanta el mundo grecolatino), clásicos medievales, clásicos del Siglo de Oro español, clásicos del Romanticismo y clásicos del siglo XX. Mis libros favoritos hasta ahora son:
- 1º El regalo, de Eloy Moreno. Lo leí a principios del año 2015 en un e-reader (el único e-book que he leído, todos los demás han sido en papel).
- 2º La conjura de los necios, de John Kennedy Toole. Lo leí en el verano de 2015 y me gustó, pero no lo entendí. Lo releí en el verano de 2017 y ya sé cuál es su valor.
- 3º El gigante enterrado, de Kazuo Ishiguro. Lo leí en septiembre de 2017 (su reseña se publicará en enero de 2018 en este blog).
- 4º La ballena de St. Piran, de John Ironmonger. Lo leí en marzo o abril de 2017.
- 5º El misterio de las cabras y las ovejas, de Joanna Cannon.
Junto a estos, otros libros como El Mago, de John Fowles; Intemperie, de Jesús Carrasco, o Hotel Lutétia, de Pierre Assouline me han encantado cada uno a su manera. Ha sido un año en el que, desde enero, me planteé leer mucho, y lo he conseguido. Este año no voy a superar el récord (al menos eso creo), pero voy a intentar mantener más o menos el rumbo, dejando un poco atrás el desorbitante ritmo que he llevado en 2017. Ha sido un gran año, el año de la fundación de este blog, el año en el cual se cumplían diez años del fallecimiento de Francisco Umbral, autor del libro Mortal y rosa, que da nombre a este blog. Mortal y rosa también es un poema de Pedro Salinas del que Umbral sacó el título de su libro. Pero no todo está escrito, pues hay muchas cosas que están por venir. Feliz 2018, no os olvidéis de leer.